Artículo en la Revista de la Asociación de Química y Farmacia del Uruguay. No. 67. Páginas 27-31. Agosto de 2013.
Introducción
La flora aromática está
constituida por recursos vegetales que tienen como característica fundamental
la de poseer un gran potencial biosintético generando compuestos químicos con
propiedades de aroma y sabor. Dichos vegetales pertenecen a una variedad de
familias botánicas que incluyen Asteraceae, Lamiaceae, Verbenaceae, Rutaceae,
Piperaceae, Lauraceae, Myrtaceae y Apiaceae (1). Las plantas
aromáticas constituyen la base de una industria catalogada como no tradicional
(industria esenciera), que se caracteriza por la obtención de aromas, sabores,
fragancias y productos naturales diversos para su aplicación en la industrias alimentaria,
cosmética y farmaceútica, así como en la agricultura. La demanda de dicha
industria es reducida en cuanto a cantidad de productos, y altamente sujeta a
fluctuaciones de mercado, por lo que el rubro es de baja atracción para los
grandes capitales (2). Sin embargo, la explotación de los recursos
aromáticos tiene un alto componente de desarrollo social, ya que dicha
actividad involucra a pequeños productores (muchas veces bajo régimen de
producción familiar) en predios de reducida extensión, con una alta demanda de
mano de obra y en un enfoque de manejo de cultivo agroecológico (3).
De acuerdo con ello, el conocimiento generado sobre nuevas aplicaciones
tecnológicas teniendo como punto de partida a las plantas aromáticas puede
contribuir al desarrollo de una cadena de producción agroindustrial, con
obtención de productos novedosos.
Los compuestos químicos
que integran el perfil aromático de dichas plantas son los llamados compuestos
orgánicos volátiles biogénicos (BVOCs, por sus siglas en inglés), los que
incluyen a nivel biosintético diferentes familias químicas (terpenos,
fenilpropanoides, norisoprenoides y compuestos alifáticos derivados de ácidos
grasos) y diversas funcionalidades químicas (hidrocarburos, alcoholes, cetonas,
aldehídos, ácidos carboxílicos, aminas, tioles, etc.) (4). Los BVOCs
son parte del metabolismo secundario de los vegetales, y tienen un rol
fundamental en la adaptación de éstos a las condiciones ambientales y
ecológicas en las que se desarrollan. Ejemplo de ello es el rol de los terpenos
(α-pineno,
limoneno y (E)-β-farneseno, entre
otros) en la repelencia y deterrencia frente a herbívoros consumidores de dicho
vegetal (5).
La extracción de los BVOCs
a partir del material vegetal se puede realizar por diferentes técnicas, pero
la más convencionalmente empleada implica la destilación por arrastre con vapor
de los mismos, con equipos tanto a escala de laboratorio, como piloto e
industrial. Dicha técnica implica, luego del arrastre, la condensación de los
vapores a través de una camisa refrigerante, obteniéndose un condensado
inmiscible con el agua denominado “aceite esencial” (AE). La razón etimológica
de dicha denominación proviene desde los tiempos de los antiguos alquimistas,
quienes consideraban que al destilar una planta obtenían su “esencia vital” o
“quinta essentia” (6). Los aceites esenciales constituyen productos
naturales de alto valor agregado, que en la actualidad tienen una amplia
utilización en la fabricación de bebidas, golosinas, como solventes industriales
y como precursores de síntesis química, entre otros (7).
Uruguay posee una flora
aromática aún poco valorada, donde se encuentran muchas especies promisorias en
generar productos de aplicación industrial y agrícola. Este antecedente motivó
la formación de un equipo de investigación multidisciplinario que se ha abocado
a la exploración sistemática de la riqueza de la flora aromática nativa,
procurando conocer la composición química, la influencia de ésta con la
metodología de extracción empleada, así como la bioactividad de AEs y extractos
obtenidos. Para ello se ha trabajado sobre una diversidad de plantas nativas de
Uruguay, varias de ellas consideradas tradicionalmente como “malezas”, y como
tales, con escaso o nulo valor (Tabla 1).
El enfoque de estudio
sobre bioactividad se ha dirigido hacia dos frentes: 1) identificación de
fuente de aromas potencialmente innovadores y 2) ensayos de actividad de los AEs
de plantas nativas frente a patógenos de cultivos que afectan frutas de plantas
comerciales (cítricos, arándanos), las que son exportadas a mercados muy
exigentes en la demanda por frutos sin residuos de productos químicos
sintéticos.
La identificación del
potencial aromático se realiza a través de la llamada cromatografía de
gases-olfatometría (GC-O), donde a la vez que se efectúa la detección química
de los componentes individuales de los AEs; se realiza la descripción a tiempo
real de las notas aromáticas e intensidad que se perciben a lo largo de todo el
experimento. Dicha metodología ya ha sido ampliamente aplicada para la
evaluación organoléptica de alimentos, con especial énfasis en la evaluación
del bouquet aromático de vinos finos (8), pero su aplicación a la
evaluación de los perfiles aromáticos de plantas es incipiente (9).
En cuanto a la potencial
aplicación de los productos naturales en la agricultura, esta iniciativa
responde al profundo impacto negativo que ha provocado el uso tradicional
masivo de los pesticidas de síntesis sobre el medio ambiente (contaminación de
ecosistemas) y la población humana (proliferación de enfermedades, entre ellas
cáncer) (10). Esto ha generado mayor conciencia, y con ello cambios
en la estrategia de manejo de cultivos, particularmente en el caso de las
enfermedades de las plantas. Consecuentemente, se ha incrementado el interés
por encontrar alternativas a los fungicidas tradicionales que sean amigables
con el medio ambiente e inocuos para los seres humanos. Ello ha conducido a
explorar diferentes fuentes de compuestos antimicrobianos (bioprospección), y
dentro de ellas, los derivados vegetales incluyendo los AEs. Estos, en general
presentan bioactividad frente a organismos nocivos (como los patógenos de
plantas), son de baja toxicidad para mamíferos, no tienen efecto neurotóxico,
tienen baja persistencia en el medio ambiente y son biodegradables (10).
Los BVOCs componentes de los AEs, pueden actuar sobre los microorganismos en
forma directa inhibiendo la multiplicación de las bacterias, el crecimiento del
micelio y/o la esporulación de los hongos; o en forma indirecta induciendo la
resistencia de las plantas a los patógenos (11). Una característica
por demás atractiva de los AEs para su uso frente a patógenos de plantas es
que, al ser sus constituyentes de naturaleza volátil, pueden afectar a los
patógenos sin entrar en contacto directo con los vegetales de interés.
Un enfoque de trabajo en
que se está incursionando, como forma de mejorar la aplicación de los AEs sobre
frutos, es aplicar el potencial de la nanotecnología en la producción de
películas comestibles que incluyan los mismos como forma alternativa para su
aplicación.
Para demostrar parte de
los trabajos que están siendo desarrollados por nuestro grupo, se detallarán
algunos experimentos de determinación del potencial aromático de extractos
volátiles florales de Baccharis
dracunculifolia (12), así como se ilustrará la actividad
antifúngica de varios AEs de plantas nativas contra Guignardia citricarpa un patógeno de cítricos (13).
Materiales
y Métodos
Material
vegetal
La colecta de las plantas
se realizó en base a un manejo razonable de cantidad de material vegetal
requerido para los subsecuentes estudios. Luego de colectado, el material
vegetal fue oreado bajo condiciones de sombra durante un número variable de
días de acuerdo a la especie y parte vegetal a ser utilizada (Tabla 1). La
identificación taxonómica fue realizada por personal de la Cátedra de Botánica
de la Facultad de Agronomía-UdelaR (G. Speroni), y muestras representativas fueron
herborizadas.
Extracción
El material vegetal fue
extraído por hidrodestilación, una forma de destilación por arrastre con vapor
donde aquél es sumergido en agua y destilado in situ utilizando la llamada “trampa de Clevenger” (14),
donde se produce la separación entre los AEs y el agua de condensación. Con el
mismo principio, puede emplearse equipos de destilación a escala piloto, como
el que se encuentra actualmente emplazado en la Estación Experimental INIA
Salto Grande, el que tiene una capacidad de extracción de 30 kg de material
vegetal (Figura 1).
Análisis
Químico y Olfatométrico
El análisis de la
composición química de los AEs fue realizada por cromatografía de gases
acoplada a espectrometría de masas (GC-MS QP 5050, Shimadzu Corp.). La
identificación de los componentes se realizó por comparación de espectros de
masa con bibliotecas comerciales (Adams, NIST, Wiley) y con bibliotecas
propias. Para la confirmación de la asignación, fueron calculados índices de
retención lineal de Kovats (LRI) en columna apolar (polisiloxanos; SE-52) y
polar (polietilenglicol; DB-Wax).
El análisis por GC-O
(Shimadzu GC-14B, detector ODOI, Supelco) fue realizado por un panel de 5
jueces previamente entrenados. En cada evaluación, los jueces puntuaron la
intensidad aromática que percibieron (0-3), suministrando un descriptor del
mismo, procurando la clasificación en familias de aromas de acuerdo a la
metodología usualmente empleada en evaluación sensorial de vinos “rueda de
aromas” (8). Se empleó la siguiente fórmula para calcular la
frecuencia de detección modificada (FM) (15):
FM = [F (%) * I (%)](1/2)
en donde F es la
frecuencia de detección del aroma por parte de los jueces e I es la sumatoria
de las intensidades expresada como porcentaje de la máxima intensidad
percibida. Los datos tomados como válidos fueron aquellos en que al menos tres
jueces determinaron la presencia de la nota aromática. Con el valor de FM, se
confeccionaron aromogramas para ambos sexos de Baccharis dracunculifolia.
Bioactividad
de AEs frente a hongos fitopatógenos
En la Figura 2 se muestran
ejemplos de las técnicas de laboratorio convencionales utilizadas para evaluar
la inhibición en el desarrollo del crecimiento de los hongos y en la
germinación de las esporas, aplicadas en particular a la evaluación de la
actividad antifúngica contra el patógeno de cítricos Guignardia citricarpa.
Nanoemulsificación
de AEs para su potencial aplicación en la post-cosecha de cítricos
Las pre-emulsiones se
formularon y caracterizaron (16) con el fin de obtener una
nanoemulsión de tipo O/W (aceite/agua) basadas en componentes que cumplen
diferentes funciones en la misma. Un ejemplo de formulación tipo es: agua
destilada (medio dispersante), aceites comestibles como fase oleosa (medio
disperso), surfactantes y estabilizantes (Figura 3).
Resultados
y Discusión
En la Tabla 2 y Figura 4 se
presentan los resultados de la composición y los experimentos de GC-O, para los
AEs de ambos sexos de Baccharis
dracunculifolia. Como puede verse, la composición de ambos aceites
esenciales es semejante, sin embargo los perfiles olfatométricos son
distintivos, con algunos componentes (como el caso del (E)-nerolidol y viridiflorol) no detectados en el caso de los
ejemplares femeninos.
Los componentes que en
general son percibidos en GC-O son los oxigenados, ya que presentan mayor
difusividad en el epitelio nasal. Sin embargo, como puede verse, algunos
componentes de naturaleza hidrocarbonada (α-pineno y β-pineno) pueden presentar
altas FMs, mientras que el limoneno (hidrocarburo monoterpénico) no fue
detectado olfativamente en ninguno de los casos.
Cada compuesto presenta
una concentración límite, conocida como umbral de percepción, por encima de la
cual los componentes presentan olor. Lo mismo repercute en que no haya una correlación directa entre proporción en el
AE y frecuencia de detección. Así, por ejemplo, el linalol tiene un umbral de
detección bajo, que le permite ser percibido en proporción del 0.1-0.2% en el
AE. En oposición, compuestos presentes en altas proporciones, por ejemplo el
componente mayoritario (E)-nerolidol
es no detectado o presenta una baja FM.
Los descriptores
aromáticos listados, determinan parte de las notas particulares vinculadas a
este AE permitiendo, eventualmente, decidir acerca de notas específicas
(obtenidas en fracciones seleccionadas del AE) requeridas para aplicaciones
particulares y absolutamente independientes del perfil aromático global y
directo del AE.
En la Figura 3 se presenta
un avance en el trabajo de aplicación de nanoemulsiones. El proceso que
proporcionó microemulsiones más estables y en consonancia a esto, tamaños de
gotas más pequeños, fue la homogenización a alta presión. Se obtuvieron
microemulsiones estables por un período razonable para una posible aplicación
tecnológica con aceite de girasol y soja.
En la Figura 5 se muestra
la composición química global de los AEs utilizados para la evaluación de
bioactividad frente al hongo patógeno G.
citricarpa (Figura 6). Se obtuvo 100 % de inhibición en el desarrollo del
hongo durante 10 días con los AEs de B.
salicifolia, L. alba y S. molle; pasado ese tiempo se observó
una pérdida de la capacidad inhibitoria. Con los AEs de S. molle y A. sellowiana,
al cabo de un mes de evaluación el hongo creció sólo hasta un 50 % con respecto
al testigo. Estos primeros resultados revelan que es posible encontrar
productos naturales que afectan el desarrollo del micelio de G. citricarpa y que es una alternativa a
explorar en busca de productos amigables con el medio ambiente para el control
de patógenos.
Conclusiones
Los resultados de avance presentados
en este trabajo permiten demostrar la viabilidad de la estrategia global propuesta,
a la vez que demuestra la necesidad de la integración multidisciplinaria del
equipo de trabajo responsable.
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